lunes, 1 de octubre de 2007

Simposio se escribe con s de samba

Río apareció esplendente bajo mis ojos, finalizando agosto. Benitiña Prieto me invitó a su Simposio de Contadores de Historias. Como había que trabajar duro, convencí a Cándido Pazó el narrador gallego,a Belén su novia rociera, a Pedro Mario López el dulce cuentero cubano y a Sandra Barrera la directora del Festival Iberoamericano de Cuenteros de Bucaramanga, de la necesidad de llegar antes del inicio del Simposio, y así fue como nos gozamos la playa, el sol que estuvo esquivo pero cariñoso,el shoping, las cervesiñas, caipiriñas y los sitios majestuosos, obligados en nuestro recorrido. Benitiña nos alojó en un maravilloso apartamento a 100 metros de Copacabana y a 4 cuadras de Ipanema, y desde allí fuimos juntos al Corcovado. Estaba envuelto en niebla, no quería que lo viéramos, pero pudimos ganarle momentos a la bruma y hasta retratarnos con él de fondo. Cuando bajamos , recorrimos el larguísimo puente que parece navegar sobre el mar hasta Niteroi, para encontrarnos así como de golpe con el Museo de Arte Moderno, que Niemayer colocó en la esquina de un peñasco que lo hace aparecer como emergiendo del mar,cosas de arquitecto para el deleite del resto de los mortales.

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